Barranco del Infierno en Tenerife – Todo lo que necesitas conocer

Actualizado el domingo, 10 septiembre, 2023

El Barranco del Infierno de Tenerife es uno de los senderos más espectaculares que ofrece la isla. Su carácter asequible lo convierten en una opción interesante para las personas que se inician en el senderismo y el contacto con la naturaleza, pero su belleza natural y paisajística hacen que también sea un lugar imprescindible para los más avezados en esta disciplina deportiva.

Por qué debes visitar el Barranco del Infierno en Tenerife

Este barranco en Tenerife recibe el mismo nombre que otros en distintas provincias españolas, de ahí que a la hora de referirnos a él haya que hacer alusión imprescindible a la isla. Este Barranco del Infierno en Tenerife se localiza en el municipio de Adeje, al suroeste de la isla, y forma parte del Espacio Natural Protegido del mismo nombre.

La singularidad de este espacio es lo que invita a los amantes de la naturaleza y a los turistas curiosos a descubrir todos sus secretos. El sendero Barranco del Infierno sorprende por su extensa comunidad florística y faunística, así como por sus formaciones geológicas y naturales que atrapan el interés de todos los visitantes. Esta ruta está limitada únicamente a 300 personas al día, una medida que tiene como objetivo no alterar en exceso el ecosistema.

Flora y fauna en el Barranco del Infierno de Tenerife

A través de los más de seis kilómetros de ruta, los senderistas pueden contemplar más de 400 especies de invertebrados y 40 de vertebrados, muchas de ellas endémicas. Como es lógico, no las podremos ver todas porque es bien sabido que la presencia humana activa el instinto de protección y resguardo de los animales. Sin embargo, si el comportamiento es el adecuado, silencioso y sin excesivo impacto, podremos ver rapaces como el cuervo, la aguililla o el gavilán, e incluso el búho chico.

La flora es otro de los atractivos de este sendero. El inicio de la ruta comienza a una altitud de unos 350 metros, pero en su punto más alto supera los 600 metros, por lo que supone un espacio muy interesante para comprobar cómo va variando la vegetación a medida que ascendemos en altura. En el conjunto de la Reserva Natural, esta ganancia en altitud va de los 100 a los 1.300 metros.

En las partes más bajas abundan las formaciones de cardonal y tabaibal. Para las zonas medias se reservan algunos restos de bosques termófilos con dragos, espineros, almácigos, alguna palmera y jazmines silvestres. Ya en altitudes superiores, por encima de los 600 metros, aparecen los pinares, con el pino canario como gran protagonista, pero también sauces y el marmulán, una especie autóctona del archipiélago.

Miradores, cañones y la cascada

Más allá de la fauna y la flora, que son elementos imprescindibles en cualquier ruta senderista e incrementan la calidad del destino, el Barranco del Infierno es atractivo para el público en general por la riqueza paisajística y visual que ofrece en todo su territorio. El camino está salpicado de miradores en los que contemplar y disfrutar de las vistas.

Asimismo, al final del sendero, cuando se atraviesa la zona de La Cogedera, el camino se va estrechando poco a poco entre paredes muy altas que implican que este tramo se convierte en un desfiladero.

También en la zona final de la ruta, y como recompensa final a una ascensión de más de 300 metros en unos tres kilómetros, se llega hasta uno de los puntos deseados por todo senderista: una cascada de más de 200 metros de altura con impresionantes saltos de caída de agua. Importante: el baño está prohibido, así que no podremos darnos un chapuzón. Todo el sendero está muy bien señalizado, por lo que no hay opciones de desorientarse.

Características del Barranco del Infierno

El Barranco del Infierno tiene una duración aproximada de 3 a 4 horas. La ruta es lineal, lo que significa que, una vez llegado al punto final, el más alto junto a la cascada, la vuelta se realiza por el mismo trayecto.

Se trata de una ruta para la que es imprescindible reservar, pues solo está permitido el acceso de 300 senderistas al día. Su precio oscila entre los 2,50 euros y los 8,50 euros en función del tipo de visitante: adultos o niños, residentes o empadronados en Adeje. Los menores de 18 años deben ir acompañados por un adulto.

El sendero tiene una dificultad media-baja y no es necesario un equipamiento de alta montaña, pero sí calzado adecuado para terrenos resbaladizos y pedregosos. No está permitido su acceso con sandalias de playa. La extensión total de la ruta, entre la idea y la vuelta, es de unos 6,5 kilómetros, y el desnivel acumulado supera los 200 metros.

El sendero Barranco del Infierno se inicia en Adeje, un municipio que sirve como escenario mirador al paisaje sur de la isla de Tenerife. Además de su riqueza paisajística y en términos de biodiversidad, durante todo el trayecto podemos contemplar restos etnográficos de gran valía, pues en este escenario habitaron los aborígenes guanches y se han descubierto pinturas rupestres. Las momias y utensilios allí hallados se conservan en el Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife.

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Cómo preparar una visita al Barranco del Infierno en Tenerife

La ruta por el Barranco requiere de un proceso de reserva previo. En la web www.barrancodelinfierno.es se puede gestionar todo el proceso. La entrada para niños menores de 5 años no está permitida, así como la presencia de animales domésticos al tratarse de una Reserva Natural Protegida.

El acceso al barranco se localiza en la calle de los Molinos, en una zona con amplios aparcamientos. Para llegar hasta este punto se pueden tomar las líneas 416, 417 ó 473 de los Transportes Interurbanos de Tenerife en dirección Adeje. Para ir en coche debemos tomar la autopista TF1 con dirección Adeje Guía de Isora y la salida 79. Una vez en el pueblo, la mejor opción es preguntar a los habitantes, puesto que la señalización no es del todo clara. Y ya entonces podremos iniciar nuestra ruta.

El Barranco del Infierno en Tenerife es uno de los mejores ejemplos de toda la riqueza paisajística, etnográfica y de biodiversidad que nos puede ofrecer esta isla. Su recorrido es accesible para prácticamente todo el mundo, por lo que no hay excusas para dejarse cautivar por su magia.

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